Losada, Francisco

Sacerdote, maestro de capilla y compositor

Español Barroco medio

Murcia?, 1612 - † Cádiz, 31 de mayo de 1667

La primera información sobre Francisco Losada se encuentra en el Archivo de la Catedral de Guadix, en cuyos libros de punto se le sitúa como seise desde octubre de 1630 hasta septiembre de 1634. Tres años después, en mayo de 1637, es designado maestro de capilla en la Catedral de Almería con un salario anual de 170 ducados. Una vez en la Catedral de Almería, Francisco de Losada postuló en el verano de 1638 al magisterio de la Colegiata de Antequera, que había quedado vacante por la marcha de Luis de Garay. No obstante, Losada fue a Antequera sin el permiso del cabildo almeriense, ya que el órgano capitular se lo denegó por las continuas faltas que venía realizando el maestro desde junio. Este hecho retrasó su viaje, llegando a Antequera un día después del plazo de presentación a las pruebas selectivas. A pesar de todo, el cabildo malagueño le permitió examinarse, realizando unos destacados ejercicios de composición con el motete y la chanzoneta que le fueron requeridos. Finalmente la plaza recayó en otro oponente, Bernardo Bernardino de Monteagudo, hasta entonces maestro de capilla en la localidad cordobesa de Montilla. 

Sucedió entonces que Sebastián de Guevara, maestro de capilla de la iglesia del Salvador de Caravaca de la Cruz (Murcia) y opositor también al magisterio de la colegial antequerana, aprovechando la delicada situación en que se encontraba su ex oponente Francisco Losada en Almería, se desplazó rápidamente desde Antequera y elevó una petición formal al cabildo catedralicio almeriense, siendo aceptado como maestro de capilla el 25 de agosto de 1638, con el dictamen favorable de Silvestre Briviesca y de Bernabé Limones, organista y ministril de la catedral almeriense respectivamente. En cuanto a Losada, se sabe que no volvió a Almería, pero en el acta capitular donde se recoge su baja al frente del magisterio de capilla se cita que ‘está acomodado en otra parte’, aunque sin mayor especificación. Su destino tras el magisterio en Almería ha sido una incógnita durante mucho tiempo, pero ahora se sabe que en 1639 Francisco Losada fue contratado en Huéscar (Granada), donde su Iglesia de Santa María contaba con una capilla musical estable desde el siglo XVI, donde le pagaron 550 reales como ‘maestro de capilla, del travajo y ocupaçion de las fiestas del Santisimo Sacramento y del naçimiento de nuestro señor Jesucristo y de nuestra señora de la Victoria...”.

Edición discográfica con una obra de Francisco Losada

Tampoco se conoce la fecha en la que Losada abandonó la plaza de Huéscar, pero en 1644 estaba opositando al magisterio de la Catedral de Guadix; como lo recoge un acta capitular accitana fechada el 15 de junio de ese año, indicando que los otros oponentes eran Gregorio Perez, Matheo Sánchez de Fonseca, Thomas de Portillo y Blas Gómez de Zaragoza. En este proceso selectivo Francisco Losada no obtuvo el cargo, que recayó en un opositor presentado a última hora y que respondía al nombre de Jacinto de Mesa. Sin embargo, cinco años más tarde, el 10 de mayo de 1649, Francisco Losada fue nombrado como maestro de la Catedral de Guadix en sustitución de Jacinto de Mesa, ya que este último había obtenido el magisterio de la Catedral de Murcia; se le asignó un salario de doscientos ducados y dos cahices de trigo en cada un año, con silla alta en el coro. A pesar de todo, Losada no se mantuvo en el puesto accitano mucho tiempo, ya que en noviembre de 1649, sólo seis meses después de su llegada, el cabildo volvió a nombrar a otro maestro. En este caso se trataba de Mateo Sánchez de Fonseca, opositor igualmente a la plaza convocada por el cabildo en 1644. 

Se sabe que Losada ingresó en la vida religiosa como hermano de la Orden de San Jerónimo, en el Monasterio de Nuestra Señora del Rosario de Bornos (Cádiz), aunque no se conoce la fecha de su admisión, posiblemente luego de su estancia en Guadix. Tras su estancia en Bornos, el 4 de agosto de 1655 volvió a ser recibido por el cabildo almeriense como maestro en sustitución de Gregorio Pérez, quien había encontrado acomodo en la Capilla Real de Granada. El nuevo acceso de Losada al magisterio de la Catedral de Almería se efectuó sin ejercicios de oposición, seguramente por ser candidato único a la plaza y antiguo empleado. El cabildo le señaló una paga de 200 ducados y un cahiz de trigo, cantidad que le sirvió ‘para ayudar al sustento de sus padres, por ser pobres’. Al parecer, ésta había sido la razón que le llevó a abandonar el monasterio, para lo cual tuvo que pedir autorización al General de su Orden.

En el verano de 1656, Losada se hizo eco de los edictos publicados por el cabildo de la Catedral de Cádiz para el puesto de maestro de capilla, siendo nombrado mediante concurso de méritos el 3 de julio de ese año. Una vez conocida la designación se lo comunicó al cabildo almeriense, como medida de fuerza para un aumento salarial. Sin embargo, la subida que le ofreció este último órgano catedralicio no satisfizo las expectativas de Losada, tras lo que solicitó una licencia para ausentarse veinte días, que en realidad, era la excusa para abandonar la plaza y no volver a Almería. El 6 de octubre de 1656 comenzó su periodo como maestro en la Catedral de Cádiz, con un sueldo 50% superior al que recibía en Almería, es decir, un salario de 300 ducados. Debió sentirse muy cómodo en la plaza, ya que fue verdaderamente ejemplar en el cumplimiento de sus obligaciones. Entre las actividades de Losada en Cádiz puede destacarse la creación de los seises como institución formal y estable, aunque existen pruebas de que estos niños intervinieron en los cultos catedralicios mucho antes de la llegada del músico. Finalmente, el maestro murió en Cádiz a los 54 años de edad, estando aún al servicio de su Catedral. 

Solo han llegado hasta nosotros nueve obras de Losada y no todas completas. En Almería toda la música de la Catedral ardió durante la Guerra Civil en las hogueras de los milicianos. El monasterio de Bornos fue víctima de la 'desamortización' (expropiación de los biernes de la iglesia durante la Guerra Civil)  y sus papeles se han perdido en buena medida. Y en Cádiz no se sabe lo que ocurrió. En ninguno de los tres lugares se conservan obras del maestro.

"A penas nace este niño"